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Las Sorpresas

Las Sorpresas

 


Soy una mujer de 51 años de edad, casada por más de treinta años con el mismo hombre. Deseo compartir cómo y por qué llegue por primera vez a una sala de AA, hace tres años, tres meses y dieciséis días.

 

Nuestra vida en común, los últimos años antes de llegar a AA, se habían convertido en un infierno, mi esposo bebía casi a diario. En las fiestas hacia el ridículo pues casi siempre se quedaba dormido. En la casa, mis hijos se aterraban al verlo tomado. Pues no sabíamos cómo reaccionaría. Yo ya estaba cansada de sus borracheras y de que no me escuchaba. Casi exigiéndomelo me invitaba a tomar. Y si yo no tomaba con él, se enojaba.

 

Así que empecé a tomar y pronto a hacerlo a escondidas.  Para que nadie supiera que me emborrachaba yo bebía cuando mis hijos se iban al colegio y mi esposo en el trabajo. Por la tarde cuando todos regresaban, yo ya estaba bajo los efectos de la cruda física.

 

Pero lo que me molestaba a mi eran las borracheras de mi esposo, estaba cansada de su actitud y los dramas que armaba en la borrachera, lo amenace con separarnos si no dejaba de beber. Empecé a buscar ayuda para él y al encontrarla invite a una persona, miembro de AA, a mi casa. Esta persona hablo con nosotros y nos invitó a una reunión de Alcohólicos Anónimos.

 

Fuimos a la reunión pero ese día no había sesión pues había un aniversario de grupo en el área, así que del grupo nos fuimos para el aniversario, una vez allí me causo mucha satisfacción ver que todos estaban muy contentos sin tomar alcohol.

 

Todos los presentes en el evento nos trataron como si ya nos conocieran y eso me gustó, esto nos motivó para seguir asistiendo a las reuniones del grupo. Pasó el tiempo, y escuchando las experiencias compartidas en las juntas, me di cuenta que yo también tenía problemas con mi manera de beber.

 

Dos meses después de esa primera visita a AA me declare alcohólica y por eso estoy agradecida con mi poder superior, como yo lo concibo.

 

Esta pareja de Alcohólicos está feliz con el programa, seguimos asistiendo a las reuniones lo más frecuentemente posible. Estando en AA hemos vivido situaciones muy difíciles y sin beber las hemos superado. Estamos felices de pertenecer a ese inmenso mar lleno de bienes como lo es Alcohólicos Anónimos.


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