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Inmigrantes traen a casa el Oro para el Equipo de los Juegos Olímpicos de Estados Unidos

Inmigrantes  traen a casa el Oro  para el Equipo de los Juegos Olímpicos de Estados Unidos

De sus inicios con la ceremonia de apertura a algunas victorias impresionantes en las olimpiadas. El equipo de USA ha comenzado los Juegos Olímpicos de invierno de 2018 con una explosión. Las primeras victorias en los juegos de Pyeongchang, Corea del sur no sería posibles sin este grupo entero de 242 americanos talentosos, incluyendo los varios atletas que se han beneficiado del sistema de inmigración de los Estados Unidos y han llegado a competir por nuestro país.
No es solo con Estados Unidos, todos los países del mundo se benefician de tener acogida políticas de inmigración.
Aproximadamente el 6 por ciento — o 178 Olímpicos — de todos los atletas en juegos de este año están compitiendo para un país en el que no eran nacidos. De hecho, 12 países están representados por los atletas que son exclusivamente nacidos en el extranjero, incluyendo Nigeria, Tonga, las Bermudas y Tailandia.
Uno de estos atletas es Maame Biney, que emigró a los Estados Unidos de Ghana a los cinco años. Es la primera mujer negra en el equipo de speedskating Olímpico de Estados Unidos y ha sorprendido a los espectadores con su agilidad en el hielo.
Biney inicialmente trato patinaje sobre hielo después de mudarse a los Estados Unidos pero fue instruido por un entrenador hacer speedskating, desde niña, ella era demasiado rápida para patinaje sobre hielo. A juzgar por sus éxitos con el equipo de USA, speedskating obviamente ganó.
Otro favorito en el equipo estadounidense, medallista de oro de snowboard Chloe Kim, tiene un origen inmigrante. Su padre emigró de Corea del sur en 1982, con sólo $300 y un diccionario Coreano a los Estados Unidos. Hablaba poco inglés y no tenía un título universitario, pero quería seguir una vida mejor para sí mismo y para su familia.
Después de ganar su primera medalla de oro el lunes, Kim reconoció las dificultades de su padre frente a los Estados Unidos: "dejar su vida atrás, persiguiendo tu sueño porque tu hija es una apasionada de este deporte. Creo que hoy lo hice por mi familia, y estoy tan agradecida a ellos."
Irónicamente, muchos de los atletas de Estados Unidos, quienes son hijos de inmigrantes o inmigrantes — habría probablemente prohibido entrar en los Estados Unidos bajo el sistema basado el mérito propuesto por Presidente Trump. Y, por extensión, incapaz de competir para el equipo de USA. En un momento cuando aparece generalizada la hostilidad hacia los inmigrantes, los Juegos Olímpicos sirve como un recordatorio importante y simbólico de la necesidad de mantener el sistema de inmigración de los Estados Unidos acogedor.


Immigrants Bring Home the Gold for the U.S. Olympics Team

From their meme-worthy Opening Ceremony gloves to some stunning wins on the halfpipe, Team USA has started the 2018 Winter Olympics off with a bang. Early victories in the Pyeongchang, South Korea games would not be possible without this entire group of 242 talented Americans—including the multiple athletes that have benefited from the United States’ immigration system and have gone on to compete for our country.
It’s not just the United States, either – countries all over the world benefit from having welcoming immigration policies.
Roughly 6 percent—or 178 Olympians—of all athletes in in this year’s games are competing for a country they weren’t born in. In fact, 12 countries are represented by athletes that are exclusively foreign-born, including Nigeria, Tonga, Bermuda, and Thailand.
One of these athletes is Maame Biney, who immigrated to the United States from Ghana at age five. She is the first black woman on the U.S. Olympic speedskating team and has stunned viewers with her agility on the ice.
Biney initially tried out ice skating after moving to the United States but was instructed by a coach to do speedskating instead – even as a child, she was too fast for ice skating. Judging by her successes with Team USA, speedskating obviously won out.
Another early favorite on the American team, snowboarding gold medalist Chloe Kim, has an immigrant background.
Her father immigrated from South Korea in 1982, bringing only $300 and a Korean-English dictionary to the United States. He spoke little English and didn’t have a college degree, but wanted to pursue a better life for himself and ultimately his family.
After winning her first gold medal on Monday, Kim acknowledged the hardship her father faced coming to the United States: “Leaving your life behind and chasing your dream because your kid is passionate about this sport. I think today I did it for my family, and I am so grateful to them.”
Ironically, many of the U.S. athletes—whom are either children of immigrants or immigrants themselves—would have likely been barred from entering the United States under the merit-based system proposed by President Trump. And by extension, unable to compete for Team USA.
At a time when hostility toward immigrants appears widespread, the Olympics serves as an important and symbolic reminder of the need to keep the United States’ immigration system welcoming.

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