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A medida que la tasa de natalidad en EE.UU. disminuye, programas como el Seguro Social necesitan inmigración para sobrevivir

A medida que la tasa de natalidad en EE.UU. disminuye, programas como el Seguro Social necesitan inmigración para sobrevivir

A medida que la tasa de natalidad en EE.UU. disminuye, programas como el Seguro Social necesitan inmigración para sobrevivir


Por Walter Ewing

Las tasas de natalidad están disminuyendo en los Estados Unidos al mismo tiempo que más estadounidenses están alcanzando la edad de jubilación. Juntos, estas dos tendencias presentan enormes desafíos económicos para la nación. Un número creciente de jubilados están abandonando la fuerza laboral y confiando en programas como el Seguro Social y Medicare. Pero no hay  suficientes trabajadores más jóvenes capaces de tomar su lugar.

Si no fuera por inmigración, este grupo de trabajadores más jóvenes sería incluso más pequeño de lo que ya es. Como resultado, la inmigración está desempeñando un papel clave en el apoyo a la fuerza laboral del país, la base impositiva y las contribuciones a los programas de beneficios.

Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, el número de nacimientos  en los Estados Unidos en 2020 se redujo un 4% con respecto al año anterior. Esto marcó el sexto año consecutivo que los nacimientos han disminuido y equivale al menor número de nacimientos en el país desde 1979.

La disminución de la tasa de natalidad es un factor importante subyacente al lento crecimiento de la población estadounidense. La primera ronda de datos que salió del Censo de 2020 revela que la década de 2010 fue testigo de la segunda tasa de crecimiento de la población más baja en la historia de Estados Unidos.

Entre 2010 y 2020, el número de personas en los Estados Unidos creció sólo un 7.4%. La única vez que el crecimiento de la población cayó menos que eso fue durante la Gran Depresión en la década de 1930. 

Los demógrafos predicen  que habrá una mayor disminución de los nacimientos después de la pandemia COVID-19. Pero el último censo aún no refleja ese cambio potencial: la mayoría de los bebés nacidos en 2020 fueron concebidos antes de que comenzara la pandemia. Más bien, la inestabilidad financiera, el aumento de la deuda de préstamos estudiantiles y la falta de programas de redes de seguridad social (como la licencia familiar pagada universal) pueden explicar en parte  el continuo declive.

A medida que los nacimientos continúan disminuyendo y el crecimiento de la población se desacelera, la población adulta de los Estados Unidos está envejeciendo. La Oficina del Censo proyecta que para 2030 todos los baby boomers serán mayores de 65 años. En ese momento, la inmigración superará el "aumento natural" (el número de nacimientos menos el número de muertes) como el principal motor del crecimiento de la población estadounidense. Incluso en los niveles de inmigración proyectados por la Oficina del Censo, las personas mayores de 65 años superarán en número a los niños por primera vez en la historia de Estados Unidos para 2034.

Simplemente no hay suficientes contribuyentes en edad de trabajar para apoyar programas de los que depende un número creciente de estadounidenses mayores jubilados. Es una situación insostenible. Por ejemplo, el patronato de la Seguridad Social predice que el sistema"se agotará en 2034".

La economía estadounidense depende del crecimiento de la fuerza laboral para generar los ingresos fiscales necesarios para mantener programas como el Seguro Social. Y un componente clave del crecimiento de la fuerza laboral es la inmigración. Los inmigrantes tienden a venir a los Estados Unidos cuando son relativamente jóvenes y todavía están en la fuerza laboral. Es por eso que los inmigrantes representan el 17% de la fuerza laboral estadounidense a pesar de que representan el 13,7% de la población total.

La inmigración por sí sola no salvará el Seguro Social ni revertirá el envejecimiento de la población estadounidense. Pero la inmigración es parte de la solución. Las restricciones arbitrarias a la inmigración sólo empeorarán el problema.

 

 

 

As US Birth Rate Declines, Programs Like Social Security Need Immigration to Survive

By Walter Ewing

Birth rates are falling in the United States at the same time more Americans are reaching retirement age. Together, these two trends present enormous economic challenges for the nation. A growing number of retirees are leaving the labor force and relying on programs like Social Security and Medicare. But there are not enough younger workers able to take their place.

If not for immigration, this pool of younger workers would be even smaller than it already is. As a result, immigration is playing a key role in supporting the country’s labor force, tax base, and contributions into benefits programs.

According to the National Center for Health Statistics, the number of births in the United States in 2020 was down 4% from the previous year. This marked the sixth year in a row that births have declined and amounts to the lowest number of births in the country since 1979.

The decline in the birth rate is a major factor underlying the sluggish growth of the U.S. population. The first round of data to come out of the 2020 Census reveals that the 2010s witnessed the second lowest population growth rate in U.S. history.

Between 2010 and 2020, the number of people in the United States grew by only 7.4%. The only time population growth ever fell lower than that was during the Great Depression in the 1930s. The last year the United States saw the number of births increase was in 2014.

Demographers predict that there will be a greater decline in births following the COVID-19 pandemic. But the latest Census doesn’t reflect that potential change yet—most babies born in 2020 were conceived before the pandemic began. Rather, financial instability, growing student loan debt, and a lack of social safety net programs (such as universal paid family leave) can in part explain the continual decline.

As births continue to decline and population growth slows, the adult population of the United States is growing older. The Census Bureau projects that by 2030 all baby boomers will be over the age of 65. At that point, immigration will overtake “natural increase” (the number of births minus the number of deaths) as the main engine of U.S. population growth. Even at the levels of immigration projected by the Census Bureau, people over the age of 65 will outnumber children for the first time in U.S. history by 2034.

There simply are not enough working-age taxpayers to support programs upon which a growing number of retired older Americans depend. It is an unsustainable situation. For instance, Social Security’s board of trustees predicts that the system “will be depleted in 2034”.”

The U.S. economy depends on growth of the labor force to generate the tax revenue needed to maintain programs like Social Security. And a key component of labor-force growth is immigration. Immigrants tend to come to the United States when they are relatively young and still in the workforce. That is why immigrants account for 17% for the U.S. labor force even though they are 13.7% of the total population.

Immigration alone will not save Social Security or reverse the aging of the U.S. population. But immigration is part of the solution. Arbitrary restrictions on immigration will only make the problem worse.

 

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