Muchas personas se ponen en cuarentena voluntaria

Muchas personas se ponen en cuarentena voluntaria

Seattle, Washington (AP) — A su regreso de China la semana pasada, el doctor Ian Lipkin se puso en cuarentena en su sótano. Su esposa le deja su comida en las escaleras. Ya no le queda más para ver en Netflix. En horas inusuales camina por el Central Park de Nueva York, manteniéndose a unos metros de distancia de los demás. 

Mientras la atención está enfocada en los cruceros y bases militares estadounidenses en cuarentena, los que están en sus hogares han esquivado casi toda la atención. 

Los expertos dicen que estas personas juegan un papel crucial en desacelerar la propagación de la nueva enfermedad COVID-19.

La mayoría de los casos y casi todas las muertes se han registrado en China. En todo el mundo, las autoridades ordenan dos semanas de cuarentena domiciliaria y monitoreo de síntomas para los viajeros que regresan de allí.

Es la única herramienta que tienen. “Todavía no tenemos una vacuna y no tenemos medicamentos aprobados para la prevención o el tratamiento de la enfermedad. Entonces, todo lo que tenemos es aislamiento”, dijo Lipkin, quien dirige el Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia.

Las autoridades chinas invitaron a Lipkin, un experto en virus, para ayudar a evaluar el riesgo que representa la COVID-19. Hizo un trabajo similar en China durante el brote de SARS en 2003.

“Esta es mi segunda vez en el calabozo”, dijo Lipkin, quien pasó un tiempo en cuarentena en aquel momento. Terminará su encierro el martes, celebrando con un martini seco en público.

Los números de la cuarentena doméstica cambian constantemente y son difíciles de precisar. El estado de Nueva York, por ejemplo, ha recibido los nombres de más de 350 personas que recientemente regresaron de China. Los departamentos de salud locales los están monitoreando y recomendando cuarentena para aquellos sin exposición conocida al virus.

En Estados Unidos, las pautas estatales y federales clasifican a las personas en grupos de alto, medio y bajo riesgo y tienen consejos para cada grupo, pero los departamentos de salud locales tienen discreción sobre cómo llevar a cabo las cuarentenas.

En Seattle, los trabajadores de salud pública compran alimentos para asegurarse de que las personas se sientan cómodas mientras están en cuarentena en el hogar, trayendo a una persona arándanos, plátanos y acondicionador para el cabello. Otra persona confinada en una habitación de motel pidió y recibió una tetera instantánea para calentar sopa. Los trabajadores del departamento de salud se aseguran de que las personas tengan Wi-Fi para que puedan trabajar y mantenerse conectados con la familia. Organizan llamadas con consejeros para personas con ansiedad.

Varios cientos de viajeros que regresan se mantienen alejados de los demás mientras controlan sus síntomas en el condado King de Seattle, donde el departamento de salud está gastando alrededor de $200,000 por semana en esfuerzos para contener el virus.

“Es un poco loco en este momento”, dijo el Dr. Meagan Kay, quien dirige los esfuerzos de contención del condado de King.